Sr. Director:
La misión del Gobierno de España, dada la gravedad del momento, consiste en tomar decisiones que, por el bien de todos los españoles, resuelvan los conflictos que amenazan el orden institucional y la convivencia.

Es verdad que el hartazgo, la frustración y la sensación de orfandad invitan a muchos a exigir al Gobierno de Mariano Rajoy una contundencia que a veces tiene más de destrucción del contrario que de ejercicio razonable del poder.

Otros, sin valorar las consecuencias, parecen estar reclamando la explosión del sistema. Unos y otros olvidan que en situaciones duras como la presente son precisamente las instituciones las que garantizan la estabilidad y el mínimo de continuidad necesaria. No tiene sentido jugar a deslegitimar al Gobierno de España con proclamas catastrofistas que pretenden hacer creer a la ciudadanía que el nuestro es un Estado fallido. Ciertamente, necesitamos un orfebre, no un cirujano de hierro.

Domingo Martínez Madrid