Sr. Director:

Lo publica Navarra Confidencial: Por lo visto, tras el homenaje en Leiza a Juan Carlos Beiro, María Chivite se pasó un rato pensando en la razón por la que la viuda del guardia civil asesinado por ETA no la había querido saludar. Tras mucho reflexionar, Chivite encontró lo que a ella le pareció la explicación: la viuda había formado parte en las pasadas elecciones de una lista de VOX. Y naturalmente el PSN ha salido a señalar esta circunstancia como si ya todo quedara explicado y nada pudiera reprocharse a Chivite.

Pues no.

Para empezar, seguramente sería mejor que en ningún caso hubiera entrado a intentar descalificar a la viuda de Beiro. Mucho menos a establecer una distinción entre las víctimas según su ideología. ¿O sólo va a reconocer en adelante a las víctimas de ETA que siguen votando al PSOE, que por cierto empiezan a escasear?

Si María Chivite fuera un poco más autocrítica, tal vez hubiera reparado en que muchas de sus acciones resultan incomprensibles a las víctimas. Más aún, María Chivite debería preguntarse en que medida se está convirtiendo en el tipo de presidenta que ella criticaba cuando hasta hace muy poco estaba en la oposición. No sólo porque empieza a actuar como el pasado gobierno, sino porque todos los partidos a los que criticaba en la oposición por cuestiones como su posición respecto a las víctimas son ahora sus socios, los mismos a los que acusaba de practicar una política ambigua respecto a las víctimas. Si Chivite no entiende por qué le critican las victimas, que repase su propia hemeroteca, tal vez la Chivite de 2018 tampoco entendería a la Chivite de 2019. Y si pese a todo ha hecho una elección, pues que la asuma.