Sr. Director: En la información ofrecida por ABC el 17 de agosto, sobre la diversidad de opiniones de ciudadanos españoles residentes en Cataluña ante el 27-S, se recogía la de una veterinaria que manifestaba: «Estoy a favor de la independencia. Es una cuestión de sentimientos». Pero acto seguido añadía tener la sensación «de que el resto de España no valora en su justa medida a Cataluña, su lengua, su cultura», y se lamentaba de que Cataluña había recibido muy poco, «pese a ser uno de los motores de España y siendo muy solidaria». Y concluía con una mentira muy extendida y que ha calado profundamente entre la población catalana: «Las inversiones aquí han sido mínimas comparadas con el resto del país». O sea, que su supuesta «cuestión de sentimientos» que la mueven hacia el independentismo, se concreta finalmente en lo de siempre: en el puñetero dinero; por mucho que pretenda vestírnoslo como una cuestión sentimental. Pero esta confusión de «sentimientos» es inherente al ser humano, con indiferencia de la ubicación por donde se mueva. Por eso, coincidiendo con las palabras de nuestra sentimental veterinaria, ese mismo día Sergio Ramos finalizaba su particular culebrón estival manifestando su gran alegría por renovar con el Real Madrid, donde desarrolla su envidiable profesión. Y declaraba que si al final permanece en el club, sin atender a otras ofertas recibidas, no ha sido por dinero..., porque «Si fuese por un tema económico, no estaría aquí». Argumento tan conmovedoramente sentimental, como el de la veterinaria. Miguel Ángel Loma Pérez