Sr. Director: Es muy posible que los jóvenes de hoy desconozcan que en la época de Franco, cuando éste se dirigía al pueblo en sus discursos, empezaba siempre con la palabra: "¡Españoles!", que ya algunos se apresuraban a traducir con el término "Spanolis". Yo, en aquellos tiempos, despreocupada y desconocedora por completo de la política, me reía cuando lo oía comentar con ese sentido del humor que poseen nuestros compatriotas. "Panoli", según me he informado, es un adjetivo que se usa para designar a personas bobas, simples, fáciles de engañar y excesivamente confiadas. Algunas fuentes apuntan que proviene de una expresión catalana "pa amb oli" (pan con aceite), debido a lo simple que es un trozo de pan con aceite. Otros reclaman el origen del término como valenciano: "pa en oli", que significa "bobo". También se le acepta como "atontao, memo". Con el paso del tiempo, y a la vista de los resultados obtenidos en Comunidades Autónomas y Ayuntamientos en las elecciones del 24 de mayo, no parece que haya cambiado tanto la preparación y conocimiento de los españoles en materia política. Una se pregunta con humor qué palabra habría que emplear para que los españoles caigan en la cuenta del perfil de los nuevos líderes que han conseguido ocupar los Ayuntamientos de capitales como Madrid, Barcelona, Valencia y otras de menor rango, con el voto de catalanes, valencianos, madrileños y otros. ¿Seguimos siendo "spanolis"? Pero continúo considerando... que en estas elecciones también se ha puesto al descubierto la realidad de la verdadera preocupación por los problemas de los españoles de uno de los partidos más representativos de la sociedad española. No hubo empacho al declarar abiertamente que la máxima aspiración del primer partido de la oposición era ¡¡Eliminar al PP!! ¡Buen proyecto! Unos objetivos muy nobles y exclusivos para el PSOE, que han dejado claro hacia dónde camina. Traducido en lenguaje auténtico y burdo: "¡Los españoles les importamos una…!" (con perdón). Pensando también en las promesas de los nuevos dirigentes de las más importantes capitales españolas, se ha podido constatar cuáles son las medidas "urgentes" que han empezado ya a tener efecto. Se les ha notado rápidamente el amor e interés por servir a los españoles… Los nuevos contratos no han ido dirigidos a los mejores expedientes universitarios, administrativos, experiencia y/o con capacidad y solvencia demostrada. Han sido "seleccionados" los familiares de 2º grado, sus parejas sentimentales, los destacados alborotadores, los publicadores agresivos de frases insultantes, etc., etc. ¿Y el pueblo? Los que se quedaron en su casa tomando una cervecita porque "no valía la pena votar: son todos iguales…", deberían reflexionar sobre la gravedad de su postura. ¿Cambiarán de actitud tomando parte activa, o esperarán las próximas elecciones, a ver "qué pasa"? El resto de los españoles procuraremos acertar para que, entre otras desgracias, no se incremente el número de los "spanolis". Quizás en Grecia ocurrió lo mismo y el resultado ha sido desastroso. Y es que el ser humano tropieza siempre en la misma piedra. Pepita Taboada