Sr. Director: Apenas puede evitarse la sensación de desencanto y hasta de indignación ante el resultado negativo del encuentro entre Mariano Rajoy y el secretario general del Partido Socialista, Pedro Sánchez. Hubiera sido una ingenuidad pensar que, dada la urgencia de los problemas que acucian a España y la necesidad perentoria de formar gobierno, el líder del PSOE podría matizar siquiera su persistente "no es no" al candidato designado por el Jefe del Estado para formar gobierno. Pero lo que no es de recibo es que esa postura vaya acompañada de un cínico interés por evitar la repetición de las elecciones… con la invitación al candidato de que busque los apoyos que necesita "en la derecha", cuando de sobra sabe que no existe ninguna posibilidad de encontrarlos, al margen de lo que finalmente haga Ciudadanos. Lo que realmente se nota en Sánchez es arrogancia, soberbia, debilidad, complejo de inferioridad e insolidaridad con las actuales necesidad de los españoles. M. Madrid