Sr. Director: Respecto a la sedación terminal, un manual editado por la Fundación Jérôme Lejeune, señala que, cada vez más, los médicos adormecen a los enfermos, sin dosis excesiva, durante toda la fase terminal. No es raro que este gesto sea planteado sin que incluso el paciente lo haya solicitado. Junto a esta actitud ya discutible, puede haber una forma enmascarada de eutanasia: en este caso, las dosis utilizadas son superiores a las necesarias para un simple adormecimiento. Manifiesta la voluntad deliberada de provocar la muerte más rápidamente recurriendo a dosis excesivas de sedantes. Según la Sociedad Española de Cuidados Paliativos, SECPAL, el término "sedación Terminal" designa esta práctica eutanásica. En cambio, la expresión "sedación paliativa" designa la buena práctica médica, sin intención de finalizar una vida sino de sedar al paciente para que no sufra durante los últimos momentos inevitables. Por eso, esta guía recomienda que las dosis utilizadas deben ser proporcionales a la intensidad de los dolores y a las condiciones personales del enfermo (peso, etc.). Si el paciente está insuficientemente aliviado, el aumento de dosis es progresivo, según las reglas de buenas prácticas clínicas. Me parece conveniente tener en cuenta este aspecto ahora que en el Parlamento se vuelve a hablar de legalizar la eutanasia. Lluis Esquena