Sr. Director:

Atravesamos unos momentos muy delicados en nuestro país, consecuencia de estar tolerando conductas muy reprobables al mirar para otro lado y, con ello, dando lugar a que se acreciente la radicalidad de los provocadores que intentan acabar con nuestro estado de derecho. En los últimos meses se está haciendo insostenible esta situación y es debido a la irresponsabilidad de un gobierno –no elegido por el pueblo– presidido por quien solamente tiene el objetivo de habitar La Moncloa el mayor tiempo posible.

Se quema la bandera española o la imagen del Rey, que nos representa a todos, y aquí (como diría Antonio Burgos) “no passssa na”; se pita al himno nacional y todos felices; se cortan autopistas con graves trastornos a los ciudadanos y los defensores del pueblo, los mossos, protegen a los radicales; se ocasionan todo tipo de manejos para “arrancar” un trozo de España y se mira para otro lado; se agrede a las fuerzas del orden público (policía nacional y guardia civil) y se les culpa a ellas de provocadoras.

Como dice Arturo Fernández, esto es el aperitivo de lo que está por venir, claro, por la pasividad del okupa de La Moncloa, el doctor Fraude, que obtuvo de forma legal, pero ilegítima, la presidencia del Gobierno, cargo para el que ya ha demostrado muy claramente estar incapacitado, por su ineptitud y su insensatez. Nada más considerar los apoyos que le permiten mantenerse en ese puesto, la radical ultraizquierda de Podemos, los golpistas catalanes, los filoetarras y otros de semejante calaña, nos muestra el poco prestigio de semejante personaje.