Sr. Director:

Con motivo de la festividad litúrgica de San Juan Pablo el Papa Francisco ha celebrado la Santa Misa en el altar donde se conserva el santo sepulcro del  gran papa polaco. En una celebración litúrgica llena de emoción y de memoria santa, Francisco ha pronunciado una homilía, breve  pero sustancial,  en la que ha destacado algunas de las cualidades de su antecesor, siguiendo el método con el que Papa suele sintetizar sus mensajes, las tres famosas palabras heredades de San Ignacio.  Comentando  el salmo responsorial de la liturgia, el Señor ha visitado hace cien años atrás ha enviado en la persona de San Juan Pablo II como antes lo hizo con los grandes profetas.

San Juan Pablo II fue un gran pastor con muchas cualidades de las  que destacó tres: el espíritu de oración, la cercanía al pueblo y el amor por la justicia. Destacaba  cómo a pesar de las múltiples responsabilidades como pastor la Iglesia universal, San Juan Pablo era un hombre de Dios porque oraba, oraba durante muchas horas, además el espíritu de oración de San Juan Pablo II su gran tiempo dedicado a la oración, sabía muy bien que el primer trabajo de un  Obispo es la oración. San Juan Pablo II era un hombre de cercanía. Nunca estaba  separado  del pueblo, dio la vuelta al mundo entero buscando al pueblo, no era  un jerarca administrativo, sino siempre  cercano a todos: grandes y  pequeños. La tercera gran cualidad era el amor por la justicia, la justicia social, la justicia del pueblo, pero la justicia completa que es también misericordia, la justicia y la misericordia son complementarias se abrazan, como lo afirmó en la canonización de san Faustina; la justicia de Dios tiene rostro de misericordia. Según Santo Tomás de Aquino Dios es amor misericordioso. Se puede decir mucho más, escribir libros, pero esta síntesis es magistral.