Sr. Director:

Parece que los gobiernos -el de antes y el de ahora- con todo el pulso firme que quieran aparentar, o no saben qué hacer o si lo saben, tienen miedo de hacerlo y el resultado es una inacción culpable, una vista gorda intolerable y una situación que no se sostiene un minuto más.

Naturalmente que Torra tiene una responsabilidad manifiesta ante los catalanes. Pero no es menos cierta la responsabilidad -mayor porque tienen los suficientes medios legales a su alcance- de los gobiernos, el de ahora y el de antes, frente a los ciudadanos, todos los ciudadanos, de Cataluña.

Alguien tiene que defender los derechos de esos españoles y del resto de España y, en última instancia, esa defensa corresponde al Gobierno de la Nación.

La duda que surge, es el grado de contagio que se supone en la diarrea mental.