Sr. Director: Desde hace más de cuatro años, la pequeña República Centroafricana, uno de los países más pobres del vecino continente, es víctima de un interminable enfrentamiento de confuso componente religioso, que ya obligó a la ONU a enviar más de 12.000 "cascos azules" en una misión de paz que aún está lejos de dar resultados. El origen inmediato de esta escalada de violencia es el activismo de las milicias musulmanas Seleka, que ya propició un golpe de Estado en 2013, y los numerosos grupos de autodefensa formados por la población civil, de mayoría cristiana, los llamados anti-balaka o anti-machetes. En el curso de los años, en los que han muerto miles de personas, los choques de los dos bandos se han convertido en una escalada de odios tribales en la que predomina la persecución que sufre la minoría cristiana. Lluis Esquena