Sr. Director: El testimonio del padre Jacques Hamel, asesinado en su parroquia en la celebración de la eucaristía, no es solo una lección de valentía frente a la barbarie. El legado que nos ha dejado este sacerdote francés interpela nuestra conciencia y nos ayuda a entender el fundamento de la unidad entre los hombres, de la paz basada en la justicia y el perdón. Me parece muy conveniente enfatizar al tiempo que recordar, dada la importancia en estos momentos, que la vida y la muerte del padre Hamel se convierten en aliciente para nuestra esperanza personal y para construir el futuro de Europa. Domingo Martínez