Sr. Director: Como ya es costumbre en Andalucía, con la llegada del verano quedarán "en reserva" 3.000 camas hospitalarias de la sanidad pública, además de otras restricciones, incluidas las relativas a contratación de personal. Y esto sigue sucediendo pese a las reiteradas protestas de los profesionales sanitarios y de enfermería, denunciando que este tipo de recortes y la precariedad laboral que producen, contribuyen al deterioro progresivo de la sanidad pública en esta comunidad, perjudicando las prestaciones a pacientes y usuarios en general. Pero este verano es algo especial, pues estamos en la recta final del parto de la presidenta de la Junta de Andalucía, que ya había anunciado que su esperado "chicharito" (así lo ha denominado en más de una ocasión) verá la luz en un hospital público de Sevilla. Y esto sí que es una novedad que merece cierta atención, por la valentía que demuestra doña Susana Díaz al afrontar en sus actuales circunstancias los efectos de las restricciones que su Gobierno aplica a la sanidad pública andaluza. Porque si hay algo que todos y todas tenemos clarísimo es que cuando  llegue el decisivo momento en que doña Susana rompa aguas y su chicharito pase a transformarse definitivamente de "ser vivo" a "ser humano" (Bibiana Aído dixit), la presidenta será tratada igualito que cualquier otra parturienta andaluza, sometiéndose a las mismas circunstancias, restricciones y limitaciones que las demás. Y por supuesto, compartiendo habitación con la que en ese momento le toque. Pocas convicciones nos quedan ya, que gocen de tan firme seguridad como lo anterior. Miguel Ángel Loma Pérez