Sr. Director: 

Hace unos días leía un artículo que me pareció muy interesante y que me permito exponer y comentar alguna idea. “Hay una obra recientemente publicada, una novela que mezcla ambientes muy reales y duros con un cuento sobre unos personajes de hace mil años. ‘Un mapa de sal y estrellas’ es una novela original donde los personajes más reales son los de hace mil años. Al-Idrisi, es un cartógrafo comisionado por el rey Roger II de Sicilia para crear un mapa del mundo, allá por el siglo XII. La historia que se cuenta en esta novela, mezclada con la historia reciente de unos desplazados por la guerra, es un cuento fantástico, pero con un personaje histórico que es el cartógrafo.”

Y es que Al-Idrisi es un hombre con mentalidad universitaria. Tiene afán de saber. Entiende que sus estudios pueden ser útiles a los hombres de aquella época y, seguramente, como así fue, a los de épocas posteriores. Le apasiona la posibilidad de descubrir cómo es el mundo, recorrer tierras ignotas, para que consten, con todos los detalles posibles, en el mapa espléndido que, realmente, termina dibujando. Un hombre sabio, porque se ha empeñado en saber.

Ahora, desgraciadamente, en la universidad los estudios se programan en base a las competencias. Se pretende que los universitarios sean competentes para realizar cosas prácticas. Pueden salir estupendos médicos, magníficos ingenieros, pero muy pocos sabios. En realidad, les forman para que tengan unos trabajos muy lucrativos, pero en pocas universidades se les ayuda a saber, a tener esas capacidades que hemos visto en universitarios de los últimos siglos.