Sr. Director: La ausencia de seriedad, que es el germen del populismo, también se advierte en el populismo jurídico. En las distintas profesiones ligadas al derecho, no es difícil encontrar operadores que prefieren el resultado apresurado al trabajo abnegado que va al detalle, el fin justificador de medios a la recta aplicación de la ley, aunque ello suponga ir contra la condena anticipada del telediario. También este populismo disfruta con que el derecho esté en el centro del debate, cuando lo debieran estar las ideas para progresar. Los populistas jurídicos, en suma, celebran que el sistema judicial se convierta en una mera correa de transmisión de los modernos sicofantes, a pesar de que se pueda llevar por delante la reputación de tantísimas personas que nada ilegal han hecho. Hay un sinfín de populismos más, en esta hora blanda de la posverdad y la prementira, en la que la ley Campoamor finalmente se ha impuesto, haciendo que todo en este mundo traidor sea del color del cristal con el que se mira..., aunque no haya ni cristal ni ojos. Suso Domar