Sr. Director: Suele decirse la frase tan manida de 'en el fondo de esa persona subsiste tal o cual lacra, esta u otra bajeza'. En el caso de Pablo Iglesias (líder de Podemos) y sus compañeros, ni subsiste en el fondo ni se esconde detrás de nada. Podemos solamente engaña a quién se deja o a quienes están enredados en sus redes por muy sociales que sean, o sujetos por sus cadenas por mucha audiencia que tengan. Quizás la coherencia sea la única grandeza de un comunismo trasnochado, de una extrema izquierda caduca o de un populismo de barricada. Siempre hay que esperar de ellos lo mismo. Ya sea en una discusión parlamentaria, en una algarada callejera o en la muestra de respeto por un fallecido. Lo único que puede extrañar es que en personas medianamente jóvenes, anide tanto odio y tanto rencor. Odio y rencor que aflora al primer plano de su vida pública. Odio y rencor que choca más cuanto que, en su inmensa mayoría, son gentes que gozan de una buena posición socio-cultural, han estudiado en la universidad e incluso gozan de trabajos, más o menos estables, en el mundo de la docencia y presumen de buenas relaciones en el extranjero y hasta hacen sus pinitos en el negocio inmobiliario. No se trata de unos desheredados que viven en la calle, que duermen entre cartones o comen de la caridad ajena, en quienes el odio y el rencor podrían estar justificados. Juan García