Sr. Director:

Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que la falta de fe, en esta sociedad que antes era cristiana, es la nota predominante. Pero el cielo siempre avisa. En Cantabria, a los pies de Peña Sagra, se encuentra una aldea, Garabandal, prácticamente incomunicada con el resto del mundo en aquellos años, a la cual se llegaba por un tortuoso y empinado camino. Pues en un sitio tan apartado del mundanal ruido, desde los años 1961 a 1965, se apareció la Santísima Virgen a cuatro niñas de la aldea. A pesar de su situación aislada y la falta de medios de comunicación como hay actualmente, sorprendentemente la noticia corrió por muchas naciones, y llegaron numerosos visitantes, que presenciaban situaciones increíbles, imposibles de realizar por una persona humana. Personas del mundo de la medicina y de la ciencia, vieron y analizaron los acontecimientos sin dar una explicación natural; las niñas eran totalmente normales. Pasó el tiempo, un obispo de la diócesis dijo que era un juego de niñas, con lo cual se pensó que aquellas apariciones no eran ciertas. Después de transcurrir más de un año en esa situación, Conchita, una de las niñas videntes, anuncia que la Virgen dará un mensaje al mundo el día 18 de Junio de 1965. Este anuncio produjo una fuerte impresión en todo el mundo y el día que estaba anunciado que se realizaría, una multitud acudió a la aldea. El mensaje fue el siguiente: “Como no se ha cumplido y no se ha hecho conocer al mundo mi Mensaje del 18 de octubre, os diré que éste es el último. Antes la copa se estaba llenando, ahora está rebosando. Los cardenales, obispos y sacerdotes van muchos por el camino de la perdición y con ellos llevan a muchas más almas. A la Eucaristía cada vez se le da menos importancia. Debemos evitar la ira de Dios sobre nosotros, con nuestros esfuerzos. Si le pedís perdón con vuestras almas sinceras, Dios os perdonará. Yo, Vuestra Madre, por intercesión del ángel San Miguel os quiero decir que os enmendéis. Ya estáis en los últimos avisos. Os quiero mucho y no quiero vuestra condenación. Pedidnos sinceramente y nosotros os lo daremos. Debéis sacrificaros más. Pensad en la Pasión de Jesús.” Han transcurrido los años y se han descubierto muchos sacerdotes pederastas. La Iglesia Católica en lugar de rectificar su erróneo camino, se mundanizó y desacralizó. Se propagaron muchas doctrinas herejes por teólogos sin que nadie pusiera remedio. La Divina Eucaristía, tocarla en aquellos años por un fiel, sería un sacrilegio, ahora se dan como si fuesen galletas. Se han llevado ídolos paganos de la Amazonia al Vaticano, se propaga la incertidumbre, lo sagrado no cuenta, los fieles andan desorientados, no saben como actuar, pues la Iglesia está dividida. Sin entrar en más detalles, vemos como el mensaje de la Virgen en el aspecto religioso por desgracia, se ha cumplido. Estas apariciones aún no han sido aprobadas por la Iglesia, claro, los señala directamente a ellos. Y ¿Qué pasa en la sociedad? Esta sociedad cínica y apóstata, mantiene días de luto oficial por los muertos por el virus, mientras todos los días se producen cientos de abominables crímenes en el vientre de la madre, santuario de la vida que se ha convertido en el corredor de la muerte, pero de esto ya ni se habla, es lo normal, lo cotidiano, hasta la Iglesia permanece callada. Ha llegado a una postración moral de tal magnitud como nunca ha existido. De repente y sin previo aviso, un simple virus ha provocado el pánico y el terror a nivel mundial. ¿Servirá este aviso para que la sociedad recapacite y rectifique de este camino que lleva a su propia autodestrucción? Dolorosamente no se ven indicios de que esta sociedad y la Iglesia Católica vayan a mejorar, lo arreglan con mascarillas. ¿Qué podrá acontecer en lo sucesivo? Me temo que este simple virus solo sea el preludio de la Gran Tribulación que el mismo Cristo anunció. Tiempo para unos de condenación, para otros de salvación. “Alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación”. ¿Cuándo vuelva el Hijo del Hombre habrá fe en la tierra?