Sr. Director:

Días atrás, el ministro de Asuntos Exteriores, García Margallo, afirmó en Bruselas que el mundo occidental debería cambiar su estrategia en la lucha contra el yihadismo en Siria, y considerar a Bachar el Asad como parte de la solución del problema.

El jefe de la diplomacia española vino a reconocer otros errores históricos que desencadenaron las fracasadas "primaveras árabes", aprovechadas por los movimientos islamistas más radicales.

Es cierto que el mundo árabe se enfrenta a la paradoja del sueño de democracia real de buena parte de la juventud y el surgimiento de un Islamismo político que aborrece la libertad; al tiempo que el mundo occidental se debate en la confusión después de haber sido protagonista de la configuración de ese mundo que colonizó décadas atrás.

JD Mez Madrid