Sr. Director:

Llama la atención tantísimos templos sólo abiertos una hora al día. ¿Carencia de sacerdotes, o de laicos colaboradores? ¿Ausencia de vida espiritual de los responsables y de feligreses generosos? Las iglesia abiertas, con sacerdotes entregados, ofrecen la posibilidad de consuelo, desahogo del alma, paz …y, sobre todo, el sacramento de la reconciliación (la confesión) también para los alejados. Al respecto, un diario nacional publicó esta noticia que se hizo viral: “En tiempos de descreimiento, una iglesia de Pozuelo de Alarcón mantiene una salud extraordinaria y su sacerdote es una figura venerada ... La iglesia de Caná abre de 7:00 a 21.30 horas, y a muchas horas bulle de gente que entra y sale para participar en las actividades o para hablar con Don Jesús (…) ” ( El País, 20- X-2019). En algunos pueblos, el párroco se las apaña  para que la iglesia parroquial permanezca abierta muchas horas, sin que sea óbice el que tenga que atender también otras localidades. Mi felicitación para estos sacerdotes y sus colaboradores.  El Papa Francisco insiste: “La Iglesia no es una fortaleza cerrada, sino una tienda de campaña capaz de agrandarse para recibir a todos: es una Iglesia en salida, una Iglesia con las puertas siempre abiertas. Cuando veo alguna pequeña iglesia con las puertas cerradas, esta es una mala señal” ( 23-X-2019). Es triste cuando un pastor no tiene horizonte de pueblo, no sabe qué hacer, cuando las iglesias están cerradas. Cuando se ve el horario en las puertas. ¡No es una oficina! Es el puesto donde se viene a adorar al Señor” (2-10-17).