Sr. Director:

Este templo de emergencia nos pone a prueba, también en la capacidad que tenemos para elevar nuestra súplica al Cielo, para ser constantes en la oración, y para hacerlo junto a todos los hermanos cristianos de diversas confesiones.

Como recordamos de forma especial cada mes de enero, existe una larga tradición en las Iglesias cristianas de orar por la unidad. Ahora, en pleno desarrollo de la pandemia, es un momento propicio para rezar unidos y para responder a la invitación del Papa con una sola voz de plegaria elevada al Cielo. Hemos de ser uno para que el mundo crea y hemos de rezar unidos también para que el mundo vuelva sus ojos a lo esencial y sea capaz de sacar luz de este momento en el que todo parece quedar envuelto en la oscuridad.