Sr. Director:

La pandemia enseña a tomarse en serio a unos más que a otros: no es lo mismo lo que te dicen cada día al tomarte el cafelito, que lo que sale en las pantallas, con cifras y exigencias difíciles de comprender, e incluso a veces contradictorias: lo que te dijeron ayer no tiene por qué ser lo mismo que lo que te dicen hoy, mientras que al camarero o el peluquero los ves cada día más contento, con sensación de haber acertado, más en esta Comunidad que en otras, en las que sus colegas lo están pasando fatal, al impedirles que trabajen con alguna normalidad.

Hay un ansia creciente por escuchar algo en lo que puedas confiar más, y unos políticos aciertan más que otros en las decisiones que toman sobre la pandemia. Como el guapo que dice que comunismo o libertad es un falso dilema, o el soso que recuerda la foto de Colón, con la cantidad de cosas que han venido a pasar después. La clave es trabajar de la mejor manera posible para que la gente pueda trabajar, sin soflamas, con la eficacia que transmiten los camareros o los peluqueros.