Sr. Director:

El Papa reitera este mensaje de forma incansable. De nuevo, el domingo, tras el Ángelus puso en el foco de actualidad la situación trágica y olvidada por la gran mayoría de la opinión pública de algunos de esos hermanos migrantes que sufren. En concreto, Francisco se refirió a la necesidad urgente de organizar corredores humanitarios para los migrantes más necesitados, después de que más de 55 personas muriesen en Libia durante el bombardeo de un centro de detención de migrantes en Trípoli, la capital de Libia. En el mismo ataque, llevado a cabo por fuerzas leales a grupos opositores al gobierno libio, resultaron heridas además 130 personas, de las 600 que se encontraban en el centro, en su mayoría migrantes y refugiados. La invitación a rezar por ellos y a comprometernos, en la medida de nuestras posibilidades, con los más vulnerables, no puede caer en saco roto. Al menos, es un deber moral seguir alzando la voz para denunciarlo y poner, negro sobre blanco, que la comunidad internacional no puede seguir tolerando hechos tan graves.