Sr. Director:

Ante la grave crisis que nos está afectando, hay que destacar la gran labor que vienen desarrollando las parroquias y tantos voluntarios jóvenes al organizar redes de solidaridad, la gravedad del momento y la conciencia del valor inestimable de la vida humana exigen hacer más por defender de la tempestad a nuestros padres y abuelos, lo mismo que cada uno de nosotros ha sido protegido por ellos frente a las tormentas de la vida. En medio de esta cruel pandemia la Iglesia levanta su voz para recordar que no puede haber discriminación a la hora de acoger a los enfermos, sea cual fuere su edad.