Sr. Director:

Daniel Ortega pierde apoyo en sus filas. La unidad de su Gobierno nicaragüense podría resquebrajarse y de esto dan prueba los movimientos, discretos pero firmes, de personas procedentes de las filas del sandinismo histórico que van alejándose poco a poco.

Pero Ortega no está dispuesto a facilitar la convocatoria de elecciones para salir de la crisis. Ha optado por aferrarse al poder e impedir cualquier salida negociada y pacífica a una situación política que podría acabar violentamente. Los nicaragüenses saben de esto. Lo ha denunciado un ex Magistrado del Tribunal Supremo, militante sandinista histórico, a través de una Carta pública. La dictadura de Somoza, la insurrección sandinista y la guerra civil son parte de una historia sufrida hace cuarenta años, a la que los nicaragüenses no quieren regresar. Por eso, aunque los disidentes tengan pocas esperanzas, sigue habiendo posibilidades de retomar un diálogo nacional.