Sr. Director: Uno de los pocos efectos positivos que ha tenido el demoledor proceso secesionista ha sido la reacción pacífica y ejemplar de una mayoría de la población catalana, hasta ahora silenciosa. La manipuladora estrategia del secesionismo ha incluido durante años el monopolio de la calle. Eso, afortunadamente, se ha acabado. Se ha perdido el miedo a decir lo que se piensa en voz alta y en la vía pública, y a ondear conjuntamente una bandera de España y una senyera. Debemos felicitarnos por ello. Es la manera más eficaz de afirmar que Cataluña no es de los independentistas, una obviedad que, hasta ahora, nadie había sido capaz de visibilizar adecuadamente. Suso Madrid