Sr. Director: Lo que afirma el papa Francisco es que, en el origen de la actual crisis financiera, hay una profunda crisis antropológica, es decir, la negación de la primacía del ser humano, convertido en un mero objeto del consumo. Estas críticas están profundamente enraizadas en la Doctrina Social de la Iglesia, y se encontraban también en el magisterio de Juan Pablo II y Benedicto XVI. Por eso tiene un punto de sarcasmo que un dictador como Raúl Castro, que se define comunista, elogie el Papa e incluso afirme que de seguir el camino emprendido, él mismo volverá a la Iglesia, a la que durante decenios el régimen castrista ha mantenido bajo asedio. Castro sabe perfectamente que la Iglesia defiende la justicia social y la libertad a un tiempo. Esperemos que culmine una transición a las libertades en la isla, aunque para eso harán falta pasos concretos, y no frases sin gracia. Lluis Esquena