Sr. Director:

La Navidad, tal como se ha celebrado en el mundo cristiano, es sin duda la fiesta litúrgica que más arte ha engendrado en toda la historia: todas las artes: pintura, arquitectura, escultura, literatura (lírica, teatro, narrativa…) han puesto a su disposición lo más refinado, sublime y humilde de sus técnicas, formas y estilo. Pero es sin duda en la música, la mayor expresión del arte humano, en donde la Navidad adquiere cimas únicas e insuperables. Tanto la popular como la culta han dejado obras intemporales de gran profundidad espiritual y teológica. La gran música, el gregoriano, sin duda la expresión más sublime de este arte y origen de la gran música clásica es un punto de referencia para las melodías navideñas. El gregoriano unido al latín fue durante siglos el canto litúrgico por excelencia hasta el Concilio Vaticano II. Cuando el latín dejó de ser lengua litúrgica, salvó en grupos reducidos, terminó por decaer y casi desaparecer a pesar de los intentos entusiastas de expertos musicales. El gregoriano, debido al movimiento romántico con su tendencia a la vuelta a la Edad Media y a la influencia del monasterio de Solemnes. Importancia fundamental en la música de navideña tienen las cantatas y oratorios en obras de gran calidad. Palestrina en el siglo XVI.  El gran maestro de escuela romana, ocupa un lugar singular. Todos los grandes maestros, como los españoles Morales y Vitoria, tenía como modelo musical el Coro de la Capilla Sixtina de Roma. En la música clásica navideña destaca, sobre todo, Juan Sebastián Bach. Entre sus muchas obras de tema navideño, destacan las seis cantatas conocidas como Oratorio de Navidad música y texto se unen una profunda espiritualidad cristiana.  George F. Händel es sin duda el autor más popular de la música clásica navideña: el Mesías une todos los ingredientes necesarios para seducir al amante de la música por agilidad, grandiosidad, espiritualidad bíblica profunda. Dividido en tres partes: Natividad, Pasión-muerte, Resurrección, se suele interpretar especialmente en Navidad, aunque el tema Central sea la Resurrección y el triunfo del Cordero Inmolado, todo culmina con un Amén, majestuoso y fortísimo. En los siglos XVII y XVIII, tienes gran éxito los conocidos como Concerti Grossi, de marcada influencia italiana, como el de Arcangelo Corelli, Concierto de la Navidad. En el siglo XIX destaca especialmente el gran Héctor Berlioz con su oratorio La Infancia de Jesús, en el que brillan la ternura piadosa más auténtica, y un dramatismo en cierto modo patético, motivados por el destierro de la Sagrada Familia en Egipto.

Importancia muy especial tiene la música popular conocida como villancico. Todos los países europeos tienen los suyos propios. Así en Alemania uno de los más celebrado y conocido es In dulce jubilo (con dulce Júbilo) compuesto en el siglo XIII H. Suso. En Austria el más famoso villancico conocido y cantado en todo el mundo, con las más variadas versiones es el Noche de paz, compuesto en su música por Franz Xaver Gruber y en su letra por Joseph Mohor párroco del pueblo de Obendorf. El Reino Unido, gracias Charles Dickens, fue el gran recuperador del espíritu navideño en la época Victoriana, en donde la Navidad estaba prohibida, con su memorable Christmas Carol. Gracias A Dickens volvieron los villancicos a cantarse en las iglesias, como los conocidos: Single Bells, We wish you a Merry Christmas. Importancia singular tiene, Adeste fideles, letra de John Francis Wade, y música de J. Reading, organista titular de Winchester. En Estados Unidos han tenido gran éxito los famosos: Navidades Blancas, popularizado por Bing Crosby o el popularizado por Frank Sinatra: El tamborilero.

Villancicos españoles. Se puede decir que España es la tierra del villancico navideño. Todas las comunidades autónomas tienen verdaderas joyas musicales. Como el castellano 25 de diciembre. El popular murciano: Dime, Niño, de quién eres. El simpático villancico manchego: Hacia Belén va una burra. Andalucía canta el alegre Campanas de Belén o el popular En el portal de Belén, con su conocido estribillo: Ande, ande, ande la marimorena, que es la Noche Buena. También andaluz es popular que tiene como estribillo: Pero mira como beben los peces en el río. Cataluña tiene los llamados nadales o villancets. El sacerdote y poeta Jacinto Verdaguer recopiló abundantes nadales, como los populares Cant dels ocells y  Desembre congeltat. Galicia canta estupendos villancicos como el compuesto por José Pacheco: Meu Meniño, miña perla. Euskadi, tierra de coros y ochote, posee gran tradición musical navideña, sin duda alguna el más conocido y celebrado es el armonizado por el gran músico Jesús Guridi Hator, hator. No podía faltar Asturias con sus villancicos en bable y en castellano. En el Principado los villancicos se cataban en un entorno familia y eclesial: Uno de los más conocido: Repica y Repica el Panderu con letra de José Antonio Oliva y música del excelente  y prolífico compositor Fernando Viejo. Otro villancico muy conocido en Asturias el interpretada por el duo Nuberu: Nun Hai tal andar.