Sr. Director:

Dando «ejemplo» de su lucha contra el cambio climático que tanto predica, vino a Sevilla en vuelo privado (¿cuánto contamina eso?) Barack Obama, para intervenir un ratito en la Cumbre Mundial del Turismo. Y seguro que ha bastado su presencia de unas horas entre nosotros, para que ya nos ubiquen en el mapa millones de futuros turistas extranjeros que a partir de ahora considerarán Sevilla como «una ciudad preciosa y espectacular que hay que visitar» (Obama dixit). Pues bien sabemos que hoy genera mayor interés una opinión insustancial de alguien como él, o que en el Real Alcázar se rodase algún capítulo de Juego de Tronos, que poseer un patrimonio y una historia tan apabullantes como los hispalenses. (Cosa diferente es que Sevilla necesite de todos esos potenciales visitantes, cuando el centro de la ciudad se acerca ya a la saturación turística). Pero esta relevancia milagrosa en lo turístico que tendrá la visita de Obama, resulta indicativa de los «valores» que en estos tiempos nos «guían». Como también lo es que Pedro Sánchez, en una entrevista de sólo veinte minutos con don Barack, abordara graves «retos globales» como la emigración, el cambio climático, la igualdad de género, la educación, etc. Y es que parece que con el milagroso Obama hasta resucitará la mohama.