Sr. Director:

Las cifras de la violencia en México siguen creciendo día a día, a pesar de la nueva política de seguridad del Presidente. Durante los seis primeros meses de 2020 han fallecido 17.000 mexicanos de manera violenta. El mismo día en el que López Obrador presentaba su Informe 24 personas fueron asesinadas en un Centro de Rehabilitación del país y otras siete fueron heridas. Tanto López Obrador como sus antecesores en el cargo se han enfrentado sexenio tras sexenio al mismo problema. Las estrategias han sido distintas, pero el problema sigue siendo el mismo. México vive en una espiral de violencia que se alimenta de la corrupción institucionalizada. Para cortar el nudo no basta con que la Presidencia de la República despliegue al Ejército. Es preciso que el Estado diseñe un plan de lucha que implique a la oposición, y que las altas magistraturas del Estado y la Policía sean debidamente depuradas. La violencia no puede convertirse en un mal crónico.