Sr. Director:

En la España actual pervive un anticlericalismo casposo y sectario en algunos partidos políticos especialmente en la izquierda. La ignorancia sobre su status económico es patética y refleja a la perfección la falsedad de los tópicos que escuchan en el parlamento por parte de algunos políticos siempre dispuestos a la revancha. Lo primero que hay que afirmar es que la Iglesia católica no tiene ningún privilegio fiscal. Tiene el mismo trato fiscal que los partidos políticos los sindicatos, otras confesiones e incluso ONG; en las Transmisiones Patrimoniales, Sucesiones y Donaciones, y también en el IVA e Impuestos de Sociedades. Por eso, hablar de privilegios de la Iglesia católica es una burda falsedad, propia del populismo y la demagogia, eliminar las exenciones que contempla la Ley de Mecenazgo del 2002 únicamente cuando se trata de la Iglesia católica. La Iglesia no quiere privilegios por eso la Conferencia Episcopal ha propuesto que las otras confesiones tengan el mismo tratamiento que la Iglesia católica en la casilla del Impuesto sobre la Renta, que es la única financiación que recibe la Iglesia católica de los contribuyentes, mientras que las otras confesiones la reciben directamente del Estado vía Pluralismo y Convivencia y ningún partido denuncia ese privilegio. Lo que no quieren admitir por ignorancia y mala voluntad los enemigos políticos de la Iglesia católica. La pretensión de los partidos políticos radicales y populistas de denunciar los acuerdos de la Iglesia-Estado, son plenamente constitucionales. En España hace tiempo que no hay concordato como quieren hacer creer los radicales de izquierda.  La Iglesia católica tiene un rostro real muy visible como son los 18.000 sacerdotes y los 50.000 religiosos muchos de ellos entregados a los más pobres y necesitados en los países de misión. Son también los catequistas, los voluntarios de Caritas y otras muchas organizaciones de todo tipo; sociales, culturales, educativas, sanitarias que tanto bien hacen a la sociedad española y tanto ahorran a los Presupuestos del Estado español. Un problema que no tiene relación con la Iglesia, y que es aprovechado por algunos medios anticatólicos con total mala fe es el traslado de los restos de Francisco Franco a la catedral de Almudena. La Iglesia, en contra de las falsas doctrinas que se publican, en ningún momento se ha pronunciado sobre el lugar de la inhumación de los retos mortales de Francisco Franco, porque es una decisión que tiene que ser tomada por el gobierno respetando los derechos de su familia.