Sr. Director:

Ante los demagogos gestos y políticas «por la recuperación de la Memoria Histórica», es lugar común considerar que se trata de recurrentes maniobras que buscan distraernos de los auténticos problemas. Como sucede ahora con la matraca de exhumar el cadáver de Franco del Valle de los Caídos; un ardid para despistarnos de otros asuntos de verdadera gravedad. Mas sin negar que bastante de eso hay, con ello también se pretende una jugada de mayor alcance: cambiar una parte de nuestra historia eliminando al general que, junto a media España (sin ésta no habría conseguido nada), nos libró de convertirnos en algo más que un satélite de la Unión Soviética. Lo que se pretende es reescribir el pasado conforme al conocido mandato de «Quien controla el presente, controla el pasado; y quien controla el pasado controlará el futuro» (George Orwell, «1984»). Lo que se pretende es desenterrar a los muertos, con tal de borrar el rastro que acusa a unos partidos, de unas actuaciones de las que no pueden sentirse muy orgullosos. Pedro Sánchez ha dicho que «No es cuestión de abrir heridas, sino de cerrarlas». Abrir heridas, no; primero abrir tumbas. Y luego reescribir la historia mediante el Ministerio de la Verdad. Atentos al Gran Hermano.