Sr. Director:

El Gobierno hizo público unos criterios para identificar a aquellos que han fallecido por el COVID. Estos criterios llegan cuando llevamos dos meses sufriendo el azote de la pandemia y cuando varias Comunidades Autónomas han avisado de que las estadísticas no están bien. Polémicas políticas aparte, debemos ser conscientes de que necesitamos llorar, despedirnos de los que esta epidemia nos ha arrebatado. No sabemos a ciencia cierta cuántos son los muertos, no hemos podido acompañar a los nuestros en sus últimos minutos y no hemos podido estar presentes en ese momento doloroso y necesario en el que normalmente nos despedimos de sus restos. Todo eso conforma una bolsa de dolor que necesita salir a luz. El luto tiene una dimensión pública e incluso una dimensión política. Si el dolor no puede expresarse, si no hay memoria y oración por las víctimas, es muy posible que acabe haciendo un gran daño a las familias y la sociedad.