Sr. Director: Estamos observando como en los países occidentales empiezan a abundar los populismos de diverso género. Son tiempos convulsos y nadie está libre de la tentación del populismo. Una prueba es lo que está pasando con el laborismo inglés, otra prueba son los conservadores franceses. Los Republicanos han abierto su proceso de primarias con un Nicolás Sarkozy a veces irreconocible. Más sensatas son las vías que representan los ex primeros ministros Francois Fillon o Alain Juppé. Tal vez no sean figuras tan carismáticas, pero el electorado busca también líderes que transmitan confianza. Cuando los grandes partidos renuncian a aportar esa estabilidad, el sistema entero está amenazado. Con los socialistas españoles está pasado algo parecido, está primando la aproximación a los populismos de izquierdas que al sentido común de un partido centrado. Domingo Martínez