Sr. Director: Cuando a la mayoría de padres catalanes se les pregunta sobre la educación de sus hijos, más de un 80% quieren que se les eduque tanto en catalán como en castellano y no únicamente en catalán. El tópico gastado del "consenso social" sobre la inmersión es eso, un mantra que solo existe entre alguna clase política pero no entre la gente de la calle. Además excluir el español tiene graves consecuencias pedagógicas que se ocultan: los niños castellanohablantes en Cataluña, que no pueden aprender en la lengua que más dominan, tienen un elevado ratio de fracaso, un 50% superior a los niños castellanohablantes en la Comunidad de Madrid. Es necesario abrir un debate serio, sin apriorismos, con argumentos y cifras sobre la educación en Cataluña. La actitud del nacionalismo catalán estos días calificando a la inmersión poco menos que de sacrosanta y llamando "anticatalán" a cualquiera que discrepe no es de recibo en una democracia. Miguel Torres