Sr. Director:

La tendencia a tener hijos fuera del matrimonio, que ha ido ganando terreno en el mundo desarrollado desde hace medio siglo, parece estar experimentando un parón en EE.UU., donde el número de niños nacidos de padres no casados ha estado cayendo durante una década, en comparación con el de los que han visto la luz tras el "Sí, quiero" de sus progenitores. La tendencia es contraria a la de otros países desarrollados, particularmente los europeos.

Entretanto, de este lado del océano no hay cambios de tendencia: todavía son menos los nacidos fuera del matrimonio, pero van en ascenso. Un incremento lento, pero ininterrumpido: en 2016 ya constituían el 43% de los nacimientos, cuando en 2000 eran el 28% del total, según cifras de la oficina estadística de la UE, Eurostat. Francia es el caso que más destaca, con casi un 60% de nacimientos fuera del matrimonio.

Los investigadores constatan que los menores cuyos padres no se han casado tienen mayores posibilidades de experimentar transiciones en el hogar, a saber, cambios de pareja por parte de la madre.

A efectos concretos, ¿tiene esto alguna importancia? El sociólogo Andrew Chorlin señala que la inestabilidad en el hogar "puede incrementar los problemas emocionales y conductuales de los chicos. Dicho con claridad, algunos parecen tener dificultad a adaptarse a ver a sus padres y a sus parejas entrando y saliendo de sus casas".