Sr. Director: Cuando leo al abogado López Burniol o al escritor Antoni Puigverd no veo trincheras, y si veo tolerancia. Lo mismo me pasa cuando escucho las palabras del periodista Jordi Évole. Los tres podrían aglutinar más del 70% de los catalanes. Los tres piden legalidad y respeto. La legalidad estatal. Y el respeto que merece las particularidades del pueblo catalán, y las de los otros pueblos de España. Y hablando de moderación. Esto que a menudo hace falta para poder dialogar, y para reunir grandes mayorías. La moderación que en determinados momentos se esconde o se desactiva. La moderación que no se impone, porque los demás gritan más, y son más contundentes. Hablando de moderación. ¡Los votantes de Trump no son moderados! Ni los que votaron la salida de Gran Bretaña de Europa. Ni los catalanes más independentistas, que ven bien saltarse las leyes. No, estos no son moderados. Y es que, cuando se opta por el lenguaje excluyente, y se entra en la lógica de la guerra,  las primeras víctimas son los moderados. Últimamente he visto muchas personas señaladas, y algunas personas insultadas. Dos nombres me vienen a la mente: Coscubiela y Serrat. Martín Martínez