Sr. Director: 

En pura teoría el resultado de las elecciones, las dos, o mejor las cuatro, no tendría por qué suponer un Gobierno socialista con políticas ideológicas y radicales. La mayoría de los españoles se ha decantado por opciones alejadas de los extremos de izquierda y derecha. Aunque Cataluña, con el ascenso del independentismo y la hegemonía de ERC, y el País Vasco, con la subida de Bildu, suponen dos preocupantes excepciones. Sánchez no está obligado a apoyarse en la izquierda de Podemos ni en el secesionismo catalán, podría intentar gobernar, o conseguir una investidura, con el apoyo de Ciudadanos.

Los dos grandes bloques (izquierda y derecha) siguen sustancialmente empatados. Si la derecha se ha quedado sin opciones de Gobierno central se ha debido a una mayor movilización de la izquierda y a la fragmentación provocada por la irrupción de VOX. La ley electoral provoca que una buena parte de los votos que el partido de Santiago Abascal le quita al PP, no se traduzcan en escaños.