Sr. Director:

La legítima ambición de Pedro Sánchez de llegar a La Moncloa no justifica una moción irresponsable que ha necesitado para triunfar el apoyo de una amalgama de partidos entre los que se cuentan populistas de extrema izquierda, secesionistas que acaban de protagonizar un intento de golpe de Estado en Cataluña y herederos de los que apoyaban hasta hace poco el terrorismo. No obstante, era evidente el desgaste que sufría el Partido Popular por los casos de corrupción.

Pero con aquel Gobierno y la mayoría que lo ha sustentado, teníamos la certeza de la prioridad del Estado de Derecho y la defensa de la Constitución. Tampoco había dudas sobre el camino emprendido para estabilizar la economía en armonía con la Unión Europea o para sostener la libertad de enseñanza y la libertad religiosa.

Lo que hay al otro lado, a este ya, con un PSOE también tocado del ala por la corrupción, es una amalgama de oportunismos que nos asoma a todas las incertidumbres posibles, como ya han detectado los mercados y las instituciones europeas. Ahora toca esperar a ver qué política seguirán, pues el prometido adelanto de elecciones parece que no tendrá lugar con el actual Gobierno.