Sr. Director: 

El Gobierno, con protagonismo de Mariano Rajoy, alcanzó un acuerdo con el PNV que contempla una subida de las pensiones del 1,6% en 2018 y conforme al IPC en 2019, además de retrasar el Factor de Sostenibilidad, vinculado a la esperanza de vida, hasta 2023.

Lo hizo en el marco del debate de los Presupuestos Generales del Estado, que proseguirán su tramitación en el Congreso tras superar el debate de totalidad con el respaldo peneuvista.

El compromiso beneficiará a millones de pensionistas y debe ser valorado como garantía del mantenimiento de su poder adquisitivo tras años adversos. Ha sido también el fruto de la voluntad política de un Ejecutivo que nunca dejó atrás a un colectivo medular del país; que no lo hizo en las peores circunstancias de la recesión cuando los socialistas optaron por recortar la prestación, y que ahora está en condiciones de corresponder con justicia a los sacrificios pasados sin distraer el objetivo primordial de atender a la reforma pendiente para lograr un sistema viable.

Las pensiones han sido y son un campo abonado para los demagogos, pero quienes se enfrentan a un asunto complejo con simplismo y frivolidad son su principal amenaza. En el debate, la izquierda no estuvo en el acuerdo e incluso lo criticó. Los eslóganes y el vocerío nada garantizan; el rigor y la seriedad, sí.