Sr. Director: En este año próximo a dar las últimas campanadas, para pasar definitivamente a la Historia, ha tenido un protagonismo especial Fátima. Un siglo después Cova da Iría ha sido y es el punto de encuentro de millones de personas llegadas de todas las partes del mundo para rememorar y celebrar las apariciones de Nuestra Señora a tres humildes niños, pobres y pastores de los cuales los hermanos Francisco y Jacinta han sido canonizados el 13 de mayo por el Papa Francisco. Este como sus antecesores - San Juan Pablo II, el papa mártir de Fátima, y Benedicto XVI, Papa Emérito, el teólogo e intérprete más cualificado del Secreto de Fátima, especialmente de su tercera parte tan manipulada como desvirtuada- son los tres sucesores de San Pedro que han reconocido como totalmente evangélicos los mensajes que Nuestra Señora comunicó a los santos niños y que han sido recogidos con exactitud y fidelidad por la cronista oficial Sor Lucía, cuyo proceso de beatificación está muy avanzado. Fátima 100 años después es la antítesis más radical a las ideologías totalitarias que provocaron las dos guerras más mortíferas que ha sufrido la Humanidad con sus campos de exterminio y de muerte. No ha habido lugar, en donde esté presente la Iglesia Católica, y está extendida por todo el Mundo, en donde no se hayan celebrado con alegría y entusiasmo los 100 años de las apariciones; desde las parroquias más humildes hasta las catedrales más suntuosas. Incluso desde Rusia han llegado a Fátima cientos de fieles católicos acompañados por sus pastores. Esta presencia de católicos rusos, ha tenido un significado muy especial por cuanto Rusia tuvo un marcado protagonismo relacionado con las apariciones de Fátima, como predijo Nuestra Señora en la aparición más importante que fue la del 13 de julio. La desaparecida URSS extendió por todo el mundo el materialismo y el ateísmo desde el triunfo del Revolución bolchevique de octubre que coincidió en el tiempo con las apariciones de Fátima, la última fue el 13 de octubre en la que tuvo lugar el milagro del sol profetizado por Nuestra Señora. Días después se producía el asalto al Palacio de Invierno y Lenin proclama la Republica Bolchevique. La persecución religiosa contra los cristianos ortodoxos fue terrible, especialmente durante los gobiernos del Stalin: miles de cristianos ortodoxos fueron asesinados especialmente obispos y sacerdotes; otros humillados hasta la aniquilación en los campos de concentración -los gulags-. Fueron destruidas infinidad de iglesias y monasterios; un riquísimo patrimonio cultural religioso fue reducido a cenizas y escombros con especial saña y odio. Un siglo después, la realidad sagrada de Fátima, a pesar de las duras persecuciones que sufrieron los niños pastores, sometidos a toda clase de vejaciones y chantajes por la fuerza masónica de entonces: a pesar de las críticas y descalificaciones actuales que proceden de ambientes incrédulos, laicistas y anticatólicos que propalan las mismas mentiras que los enemigos de Fátima de los primeros tiempos (ser invento de los curas para recuperar el poder perdido y mantener al pueblo en la ignorancia y/o ser una negocio religioso); todas las promesas de Nuestra Señora (mi Inmaculado Corazón triunfará) se han cumplido. Y el mensaje de oración (rezo del Rosario) penitencia y conversión, como dijo San Juan Pablo es tan actual como en 1917. Más aún, en unos tiempos marcados por ideologías destructivas que se manifiestan como ataques continuos a la vida humana en todas las fases de la misma; ataques a la familia y al matrimonio contra los que se quieren imponer el pensamiento único de la ideología de género que atentan de forma integral y destructiva a la misma esencia del ser hombre y mujer. Cuyas víctimas más inocentes son los niños que van estar sometidos en las mismas escuelas a deformaciones psicológicas muy graves y destructivas de su personalidad. Como escribía el gran Berdiaev hablando del marxismo que era malo porque sustituir la realidad; eso es lo que pretende la ideología de género, con claras ramificaciones marxistas, sustituir la realidad creada por Dios por ideología humana perversa, contra la ley natural Fidel García