Sr. Director: Por mucho que desde el Gobierno nos vendan las excelencias de nuestra boyante posición internacional, por ese camino no va a llegar la solución a nuestros problemas igual que no llegó con la tecnocracia de la economía. Una cosa es medir los tiempos -si es que se miden- y otra aplazar soluciones y esquivar tomas de decisiones que, a la larga, se van enquistando en nuestra sociedad y en nuestra vida política. Frente a problemas como el de Cataluña, la corrupción en los partidos, la falta de presupuestos, los desacuerdos en materias básicas entre las fuerzas políticas, el paro, el pacto educativo, la emigración o la amenaza real de los populismos, la táctica de mirar hacia el exterior no es buena. Mariano Rajoy se nombra ministro de Asuntos Exteriores -como antes se nombró responsable de la economía- nos cuenta las excelencias de nuestra posición en Europa y deja pasar los días y los meses sin afrontar los problemas políticos que tiene encima de la mesa. Xus Madrid