Sr. Director: La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha afirmado que "La 'salud sexual' supone que los gobiernos deben proporcionar el aborto y el cambio de sexo". La OMS se ha metido en la guerra cultural y ha emitido un informe que dice a todos los países que eliminen las restricciones al aborto (incluso para adolescentes), ofrezcan las cirugías de reasignación de sexo y supriman los límites penales a conductas como las relaciones sexuales extramatrimoniales, la prostitución y el comportamiento homosexual. Es curioso que la Organización Mundial de la Salud (OMS), que admitió que su falta de competencia exacerbó la epidemia reciente de ébola, la cual se cobró más de 11.000 vidas, esté gastando atención y recursos para promover lo que, equivocadamente, llaman los "derechos sexuales". Estos antivalores se contraponen con los conceptos de moralidad, que ellos consideran negativos. Ante esta imposición, por parte de quien tiene como objetivo velar por la salud de todas las personas humanas, me pregunto: ¿es posible que no solo no actúen sino que  impongan el aborto, muerte de los más débiles e inocentes, a todos los países? ¿Puede obrar más contra natura, quien tiene la obligación de defender lo más importante, cual es la vida humana? ¿Estamos asistiendo a lo que puede significar la destrucción humana y con ella la de la sociedad? Desgraciadamente, pienso que sí. Juan García