Ha entrado en el Congreso "una casta muy extraña", de cabellos a lo afro, y niño de pecho al brazo. Hablan de lucha de clases, y otros términos pasados de moda, hace un siglo, ya largo. La compaña que a su lado llevan, no ha dado al agua un palo. Recurren a sus abuelos, y abuelas, para sentirse cabreados como gran argumentario.   Sus mamas y papas carrera les han dado, y visten de forma hortera, más de marca son sus paños, engañando a buenos he incautos, y seguir ellos viviendo, tal la casta que denigran, sin dar al agua un palo.   Y a los demás que son mayoría en votos y en escaños, no les tiene lo que para sí exigen, respeto, siendo ellos maleducados, y estando siempre cabreados. J. R. Pablos