Sr. Director: En EEUU ha causado sorpresa que Trump haya abogado por recuperar la frase "Feliz Navidad", para que, al menos, coexista con la de "Felices Fiestas" impuesta por los laicistas que trabajan sin cesar para erradicar todo lo que suene a cristiano del panorama humano, incluyendo las imágenes y rezos en instituciones y actos de diversa índole. Pero la Navidad significa un acontecimiento, un hecho que dividió la historia en un antes y un después. Porque la venida de Dios al mundo supuso un cambio espiritual que no puede ser igualado por ningún otro, puesto que el estado del hombre pudo, desde ese momento, ser restaurado, volver a tratar a Dios como Padre y aprender el camino de vuelta, perdidos como estábamos e incapaces de entrar en el Cielo. Entonces, todo lo que sea apoyar esta iniciativa del Dios que se hace hombre, siempre será un bien para la humanidad, en lugar de boicotearla como si no tuviera nada que ver con nosotros, o peor aún, como si quisiéramos erradicarla de la faz de la Tierra. Pero Dios no permitirá que la Navidad naufrague en los corazones sino que siempre será celebrada con luces, cánticos y reuniones en familia para dar un tono a estos días, que ojalá no se queden en un intercambio de regalos más para cubrir las apariencias en vez de para conmemorar el regalo que nos hizo Dios: el don de sí mismo. Eva N Ferraz