Sr. Director:

La ministra de Educación, Isabel Celáa, ponía sobre la mesa en la Comisión de Educación del Congreso una serie de medidas que están muy lejos de contribuir al diálogo educativo. La responsable del gobierno ha dejado claro que la asignatura de religión no será computable y por tanto dejará de tener efectos académicos. Tampoco tendrá una alternativa. Con esta decisión la asignatura queda en la indigencia y el derecho de los padres a elegir la formación en materia religiosa y moral de sus hijos, en entredicho. Además, se incumplen los acuerdos entre la Santa Sede y el Reino de España.