A nuestra Izquierda postinera, le ha dado por los bises, y no de una actuación, si no de los personajes, que un día causaron, a nuestra querida España, mucho dolor y aflicción. Y así tenemos a un Pedro, que quiere ser Zapatero, dos. Sus mismos tics y apostura, y  más radical, vive Dios. Ayer, se envolvió en la bandera, hoy, por efímero poder, a pactar dispuesto está, con quien destruir quiere, a  España como Nación. Sembrando el desconcierto, fomentando la división.   Y que opinar de Pablete, el Podemita emergente. Al tener de apellido Iglesias, de nombre le pusieron Pablo, por si algún día se terciaba, después de hacer de becario, en la lejana Venezuela, en España emergiera, como Pablo Iglesias, dos.   Su uniforme, de vaqueros; las camisas variadas, la mochila a las espaldas. Coleta trabajada, al viento; como si fuera un jovenzuelo, siendo muchos más de treinta, los tacos que ya ostenta. De un rancio comunismo, que disfraza de populismo.   Si ésta Izquierda postinera, los españoles permitieran, que alcanzara  el poder, sin querer hacer de profeta, enterados nos íbamos a ver, por décadas y generaciones, cuál es la pobreza verdadera; que ellos administrarían, con toda clase de prohibiciones, mientras la gran vida se darían.  J. R. Pablos