Sr. Director: Para contribuir a la solución de los graves problemas sociales y económicos que viven algunos países de Hispanoamérica, la Iglesia predica y da trigo. Está profundamente comprometida en la movilización de las fuerzas espirituales y morales de sus comunidades, colaborando con todos los componentes de la sociedad. Su misión no es otra que evangelizar, proponer la belleza del mensaje cristiano; seguir haciéndolo sin descanso. La tarea es ingente y por eso, ante los grandes desafíos que el anuncio del Evangelio debe afrontar, se ha de ser consciente de que no bastan las fuerzas humanas. Es la gracia de Dios, la que salva y da fuerza al empeño del testimonio cristiano, y la que posibilita que los pueblos de sólida religiosidad, como los latinoamericanos, puedan conservar su identidad originaria y seguir caminando desde la fe que ha animado y anima hoy sus vidas y su cultura. Ésa es la forma en la que seguirán siendo los testigos fieles del Evangelio que el mundo tanto necesita. Enric Barrull Casals