Sr. Director: La escuela concertada, es un hecho, obtiene mejores resultados que la pública. Se aduce, con razón, que los niveles de renta de los padres, en algunos casos, son superiores, y que una vez descontado este efecto las diferencias son mínimas, pero se olvida una segunda componente ampliamente estudiada desde James S. Coleman (Social Capital in the Creation of Human Capital1988): el capital social de los centros, que acostumbra a ser superior en los concertados dotados de un ideario favorable a aquel capital. Esta es la explicación de por qué los centros religiosos obtienen mejores resultados, y del por qué también es así en los alumnos de familias religiosas que asisten a centros públicos. En otros términos la capacidad educativa de la familia es decisiva. La forma de conseguir, si este fuera el problema, que los centros concertados incorporen a alumnos de bajos niveles de ingresos, una medida que mejoraría el rendimiento del conjunto, y mucho más barata que liquidar a la concertada, sería aumentar el concierto, de manera que la aportación por alumno se asemeje más al coste en la pública; o, todavía más económica, dotar de fuertes becas a quienes quieren acudir a una escuela concertada con independencia de su renta. No olvidemos, en educación, el factor familia. Jesús Martínez Madrid