Sr. Director: Nadie, tampoco el Papa, dice que el de la cuestión migratoria sea un problema sencillo y mucho menos cuando los gobiernos europeos, lejos de regular las migraciones, permiten que la imagen que percibimos los ciudadanos sea la de la anarquía. En este escenario el miedo vence al realismo y la consecuencia son actitudes defensistas que nos llevan a esconder la cabeza bajo el ala. La cuestión migratoria es un asunto de derechos humanos y no exclusivamente de seguridad y defensa. Cambiar la perspectiva y ampliar la mirada, contar con quienes día a día trabajan con emigrantes y abordar el diseño de una política migratoria común son solo un primer paso que, sin embargo, nadie en la UE parece dispuesto a dar. Suso D.