Sr. Director: Después de lo que nos han mostrado los partidos en el debate de investidura, solo cabe que el Partido Socialista intente formalizar su viejo sueño de un acuerdo con Podemos, Izquierda Unida y todos los partidos separatistas. Por problemática que sea, esa es, en realidad, la única alternativa, una vez que una parte mayoritaria de la Cámara, ha dejado bien claro cuál es su verdadero rostro, que no es otro de rechazo del PP y de sus millones de votantes. El líder del populismo, y candidato a respaldar a Sánchez en busca del "progreso", ha tenido la humorada anacrónica de convertir a los votantes en "buenos" y malos", según el color de la papeleta colocada en la urna. Con toda la carga de su ironía, Rajoy ha puesto de manifiesto el maniqueísmo de la llamada "nueva política", que disfraza sus odios con la pantalla de querer lo mejor para los más necesitados. En todo caso las cartas están echadas. Y la disyuntiva es evidente: o alternativa social-comunista-separatista o nuevas elecciones. José Morales