Sr. Director:

La demagogia también está presente en el caso de inmigración. Que desde el Gobierno se acuse de racistas a Casado y Rivera porque proponen una solución legal y controlable no parece ajustado a la realidad, y califican al PP y Ciudadanos como xenófobos, arma ya preelectoral que no deberían esgrimir. Hay modos diversos de ser solidarios con la inmigración, e invocar el Derecho, la previsión y las posibilidades reales es razonable.

Si asaltan las vallas de Ceuta, es porque otros países les empujan hasta allí, para quitarse un problema de encima. Pero desde luego no se puede dejar a la Guardia Civil como voluntarios caritativos ante esa realidad. Defender las fronteras es parte del Derecho, un derecho y un deber, y han de tener los medios adecuados.

No hacer de la inmigración un espectáculo electoral. Calibrar lo que se concede a los extranjeros y lo que aportan, pues un Estado no es una ONG. Destinar a los inmigrantes irregulares o refugiados a pueblos que se están quedando vacíos y necesitan población, y no donde ellos quieran, aunque esto requiere previsión y reflexión. Ya sé que no vamos sobrados de reflexión, se nos da mucho mejor la queja, vendarnos los ojos y comentar estos problemas en piscinas, playas y bares.

Si se piensa en personas concretas, la inmigración se ve con otros ojos. Si nos quedamos en simplificaciones partidistas políticas, sufren las personas y nos “refugiamos” cerca de un ventilador o aparato de aire acondicionado mientras suceden tantas tragedias.